Seleccionar página
Bienvenido a mi Web

Hoy da comienzo un camino realmente apasionante, pero antes de nada, te voy a contar mi historia y las razones por las cuales estoy aquí hoy

Mis inicios como estudiante de Magisterio

Cuando era pequeño, siempre he andado “cacharreando”…o ideando, como decían mis padre. Tener pajaritos en la cabeza era una expresión que solía oír constantemente. En resumidas cuentas, no podía estar quieto.

Entremos en detalle, vamos a retrotraernos a 2006. En julio, me admiten para cursar los estudios de Magisterio en la Universidad. Siempre me sentí llamado por la docencia, me parecía un trabajo realmente apasionante por tres razones.

La primera porque era algo muy conocido para mí. Creo que para todo el mundo lo es. De media pasamos cerca de 15 años sentados en un pupitre. Desde la infancia, nos empapamos de lo que significa ser profesor.

La segunda de las razones es que guardo un profundo cariño por todos los maestros y maestras con los que he coincidido alguna vez, me gustasen más o menos sus métodos, siempre han intentado dar lo mejor de sí a sus alumnos.

Y, por último, porque era un trabajo que se ajustaba mucho a mi personalidad, era una profesión que podría hacer que cada día fuese totalmente distinto, algo que me ayudaba bastante.

Comencé con mucha ilusión en la Facultad, pero poco a poco me fui desanimando. En parte, porque empleaba todos los días 4 horas de viaje entre ida y vuelta, pero el principal motivo fue que no encontraba mucho sentido a lo que estaba estudiando. Había sido alumno durante muchos años en la escuela, pero no tenía la perspectiva del profesor.

Quizás si desde el minuto uno hubiéramos tenido la oportunidad de estar en un aula, mi percepción hubiera cambiado radicalmente. La cruda realidad era que hasta el segundo cuatrimestre del tercer año, no pisaríamos un centro, no quedaba otra que paciencia porque al fin y al cabo, aunque sea más tarde, todo llega.

Diplomado en Magisterio

Por fortuna el día llegó y este período de prácticas se convirtió en uno de los mejores recuerdos que tengo de mi vida como universitario. Terminé la carrera como los “malos” estudiantes, en la convocatoria de septiembre de 2006, ya que tenía una asignatura pendiente.

Ya era maestro, bueno, mejor dicho, era Diplomado en Magisterio solo son maestros aquellos que ejercen, el resto solo tenemos el título, o sea, casi nada todavía. En ese momento, tomé el camino que consideré más práctico, que no el más fácil, y me presenté a las oposiciones de junio de 2007 y cual fue mi sorpresa, que dos meses más tarde estaba ejerciendo como maestro en un colegio.

Era tutor de 5º de Educación Primaria. Tengo que reconocer que estudié mucho durante los meses previos, y eso que trabajaba hasta las seis de la tarde todos los días, pero era tanta la ilusión y la emoción que me generaba la posibilidad de ser maestro, que yo creo que la vida dijo: toma y cállate…¡A clase!

Mi primer curso tras obtener la plaza

Recuerdo mi andadura en ese primer curso como si fuese hoy…y ya ha llovido. Creo que nunca olvidaré ese claustro de profesores con los que compartí tantas cosas, una auténtica experiencia de crecimiento personal y profesional, donde también me tuve que enfrentar a
bastantes dificultades, pero eso es otro capítulo…

Empecé a sacar mis propias conclusiones. De lo primero que me dí cuenta es que los profesores estábamos enseñando a nuestros alumnos de la misma forma que nos habían enseñado
a nosotros.

Había un desajuste temporal que hacía que hablásemos idiomas diferentes. Poco a poco tomaba conciencia de que los alumnos de mi grupo sabían mucho más de lo que yo pensaba y podían hacer mucho más de lo que yo me imaginaba, el problema era que estaba actuando como una limitación para ellos, no cómo alguien que les impulsa.

Y decidí empezar a dejarles libertad, les dejé participar en su propio aprendizaje, les dejé tomar el control sobre él…y todo cambió.

Éramos los mismos, pero la atmósfera era distinta. Te sorprendes cuando cambias lo que piensas de tus alumnos. Y el aula se convirtió en un laboratorio, en un espacio de experimentación donde todos teníamos algo que decir y, sobre todo, algo que aportar.

Y la segunda cosa que me llamó la atención fue que los maestros desempeñábamos un trabajo en soledad. Cerrábamos las puertas de nuestra clase y no teníamos la más mínima constancia de qué sucedía fuera de las paredes del aula. Pero esto era solo una elección.

Premio Nacional a la Innovación Pedagógica en 2009

Estaba convencido de que se podía colaborar con otros profesionales. Compartir con ellos ideas o actividades no era otra cosa que enriquecer la enseñanza. Era poner al servicio de la educación la suma de la experiencia de tantos años que se veía desperdiciada por esa falta de colaboración.

Fruto de este trabajo en equipo nació el proyecto “Compartiendo – entornos – colaborando”, que coordiné junto con Francisco José Arranz García y con el que obtuvimos el Premio Nacional a la
Innovación Pedagógica en 2009.

Seguí formándome, y terminé las carreras de Pedagogía y de
Humanidades, y me especialicé en Innovación Educativa y en Lengua Española, a través de dos másteres.

Inspector de educación a los 32 años

Después de 10 años consecutivos en la enseñanza, y de poner en marcha numerosos proyectos de innovación, decidí prepararme las oposiciones de Inspección de Educación, con la intención de conocer más en profundidad el sistema educativo.

Después muchos meses estudiando, conseguí la plaza en 2018, con 32 años, siendo uno de los Inspectores de Educación más jóvenes del Cuerpo. Ejercí como tal hasta 2021.

INNOVATIIO GLOBAL EDUCACIÓN

Vivimos en un tiempo complejo y lleno de incertidumbres, pero también, lleno de posibilidades. Por eso, el año pasado año fundé INNOVATIIO GLOBAL EDUCACIÓN SL, una entidad
dirigida a la mejora de la formación del profesorado y al asesoramiento, implantación y evaluación de proyectos de innovación educativa, de alto nivel, con la finalidad de contribuir a hacer de los
procesos de enseñanza – aprendizaje, tal y como te decía al principio, algo apasionante.

Por eso estoy aquí, y por eso, quiero que estés aquí.

+49 856 9568 95

info@davidmora.com

Dirección
Nº1

Breve texto explicando las utilidades de contactar a David Mora Ruano

Mándame un mensaje

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Mándame un mensaje